JERUSALÉN — La ruta original iba a pasar por el Puente Damasco, entrando al Distrito Musulmán de la Ciudad Vieja y llegando hasta el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado del judaísmo.
En vez de eso, la ruta ha sido modificada para llegar al Muro de los Lamentos pero dando rodeos.
La decisión fue tomada el lunes horas después de enfrentamientos intensos entre la policía de Israel y manifestantes musulmanes en la Mezquita de Al-Aqsa cercana.
La policía indicó que la decisión se dio a juicio de los líderes políticos del país.
La marcha marca el Día de Jerusalén, cuando Israel celebra la ocupación de Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días en 1967. Muchos consideran que el evento anual es una provocación porque los judíos ultranacionalistas recorren zonas palestinas lanzando consignas y ondeando banderas israelíes.
Cientos de participantes en la marcha, muchos de ellos provenientes de asentamientos judíos en Cisjordania, territorio ocupado por Israel, se preparan para dar inicio con el desfile. Muchos de ellos se quejaron cuando el cambio fue anunciado.
Horas antes, la policía israelí que disparaba perdigones revestidos de caucho, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras chocó con manifestantes palestinos que lanzaban piedras en un lugar de culto disputado en Jerusalén, el más reciente de una serie de altercados que amenazan con llevar al límite a la ciudad.
Más de una docena de latas de gas lacrimógeno y granadas aturdidoras cayeron en la Mezquita de Al Aqsa, ubicada en un recinto sagrado tanto para judíos como para musulmanes, según un fotógrafo de The Associated Press en el lugar. Había una humareda delante de la mezquita y el emblemático santuario de cúpula dorada, y la plaza circundante quedó salpicada de piedras. En un rincón del complejo, zapatos y escombros se amontonaban sobre las alfombras.
Más de 305 palestinos resultaron heridos, de los que 228 acudieron a clínicas y hospitales para ser atendidos, según la Media Luna Roja palestina. Siete de los heridos estaban graves. La policía informó de 21 agentes heridos, tres de los cuales fueron hospitalizados.
Los altercados se produjeron tras semanas de tensiones crecientes entre palestinos y las tropas israelíes en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el centro emocional del conflicto. También coinciden con el ramadán, el mes sagrado de ayuno para los musulmanes y que es un periodo de gran sensibilidad religiosa.
Otro factor en juego es un plan de desahucios en un barrio árabe de Jerusalén Oriental, donde colonos israelíes han librado una larga batalla legal para tomar el control de varias propiedades.
Cientos de palestinos y unas dos docenas de policías han resultado heridos en los últimos días en los altercados en torno a la Explanada de las Mezquitas. El lugar, conocido por los judíos como Monte del Templo y por los musulmanes como Noble Santuario, está considerado como el lugar más sagrado de los judíos y el tercero del islam.
Los manifestantes habían colocado barricadas en las puertas del complejo con tablones de madera y chatarra desde la madrugada, según un fotógrafo de la AP en el lugar. Poco después de las 7:00 de la mañana comenzaron los enfrentamientos, en los que las personas dentro del recinto lanzaban piedras a la policía desplegada en el exterior. La policía irrumpió en el complejo y arrojó gas lacrimógeno, perdigones de goma y granadas de aturdimiento.
En un momento dado, en la Mezquita de Al-Aqsa había unas 400 personas, entre jóvenes manifestantes y fieles de mayor edad. La policía lanzó gas lacrimógeno y granadas aturdidoras dentro del templo.
Los manifestantes respondieron lanzando piedras desde el complejo a una calle contigua, cerca del Muro de los Lamentos y donde se habían reunido judíos para rezar, según la policía.
Tras varios días de violencia en Jerusalén, Israel ha sido criticada por sus acciones agresivas en el lugar, especialmente durante el ramadán.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas programó consultas a puerta cerrada sobre la situación en Jerusalén para el lunes. La reunión fue solicitada por Túnez, representante árabe en el consejo, según diplomáticos.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, habló el domingo por la noche con su homólogo israelí, Meir Ben-Shabbat, e hizo un exhorto a la calma. Sullivan pidió a Israel “tomar medidas apropiadas para garantizar la calma” y expresó las “graves preocupaciones” de Estados Unidos sobre la violencia y los planes de desahucios, según un comunicado de la Casa Blanca.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, respondió el lunes a las críticas y describió la situación como un problema de seguridad. Israel está decidido a garantizar el derecho de culto a todo el mundo, dijo, lo que “de vez en cuanto requiere alzarse y plantarse como están haciendo ahora la policía israelí y nuestras fuerzas de seguridad”.
Ofir Gendelman, portavoz de Netanyahu, afirmó en un tuit que “palestinos extremistas planearon organizar disturbios con mucha antelación” en el recinto.
Ayman Odeh, un destacado político árabe en Israel, atribuyó la violencia a las prácticas discriminatorias contra los palestinos y sostuvo que Israel había provocado la violencia.
“Allí donde haya ocupación, habrá resistencia”, dijo en una conferencia de prensa en Sheikh Jarrah, cerca de las viviendas bajo amenaza de desalojo.
En otros incidentes violentos, manifestantes palestinos lanzaron piedras a un vehículo israelí que circulaba fuera de los muros de la Ciudad Vieja. El conductor pareció perder el control y se estrelló contra un peatón. Dos pasajeros resultaron heridos, según informó la policía en un comunicado.