SAVANNAH, Georgia, EE.UU. — Ahora que casi la mitad de los adultos estadounidenses ya recibieron sus vacunas contra el coronavirus, las partes de Estados Unidos que tienen un buen avance y las que están teniendo dificultades con las inoculaciones comienzan a parecerse al mapa político del país: existe una profunda división entre estados republicanos y demócratas.
Al frente se encuentra Nueva Hampshire, donde 65% de la población de 18 años y más ha recibido al menos una dosis de la vacuna, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). Le siguen muy de cerca Nuevo México, Connecticut, Maine y Massachusetts, con 55% o más. Todos suelen votar por los demócratas y apoyaron al presidente Joe Biden en los comicios de 2020.
En el polo opuesto figuran cinco estados donde menos de 40% de los adultos están inoculados. Cuatro de ellos —Mississippi, Alabama, Luisiana y Tennessee— son de tendencia republicana y votaron por Donald Trump el otoño pasado. El quinto es Georgia, que tiene gobernador republicano y apoyó durante cinco décadas a los candidatos presidenciales republicanos hasta que se decantó por estrecho margen a favor de Biden.
Ya hay un patrón emergente: los estadounidenses en los estados azules —demócratas— parecen tener tasas de vacunación más sólidas, mientras que los que viven en los estados rojos —republicanos— parecen más indecisos.
“Podemos concluir que será más difícil aplicar las vacunas en los estados rojos y a los electores que votaron por Trump, porque tenemos datos muy buenos de encuestas que lo sustentan”, dijo el doctor Howard Forman, profesor de salud y administración pública en la Escuela de Medicina de Yale.
Según una encuesta de finales de marzo de The Associated Press-Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos, 36% de los estadounidenses republicanos dijeron que posible o definitivamente no se vacunarían, en comparación con 12% de los demócratas. De forma similar, una tercera parte de las personas de zonas rurales expresaron su rechazo a las vacunas, mientras que menos de una cuarta parte de las personas que viven en ciudades y suburbios compartió esa indecisión.
Forman advirtió que los estados reciben sus lotes de vacunas según su población, pero en la mayoría la demanda continúa rebasando al abastecimiento. Así que es difícil saber cuántas personas se están resistiendo hasta que todas las que lo deseen se las hayan puesto. Sin embargo, si los estados comienzan pronto a registrar números importantes de citas vacantes sin que muchas personas se apliquen las vacunas, las consecuencias podrían ser graves, según Forman.
Los CDC informan que casi 121 millones de adultos estadounidenses —el 47% de la población adulta de Estados Unidos— han recibido al menos una inyección de la vacuna contra el coronavirus. California, el estado demócrata más poblado del país, está ligeramente por delante de esa tasa, con un 50%. El estado republicano más poblado, Texas, va a la zaga con menos del 44%.
Pero la rapidez con la que los estados se vacunan no siempre está relacionada con su tendencia política.
Dakota del Sur, un estado profundamente republicano, se encuentra entre los estados más exitosos, con un 54% de su población vacunada. Entre los estados demócratas, Nevada es el más rezagado, con menos del 44%, seguido de Oregon y Michigan, con un 45% cada uno.